n e t a c u l t u r a
El ciclo de la violencia

Parejas vemos, ¿con violencia?, no sabemos.
Lic. Jonathan De Haro
Al caminar por la calle, por algún parque público, etc., solemos ver a esas personas que pareciera disfrutan de su amor y lo demuestran a su máxima expresión, tanto que hasta pensamos, como coloquialmente se le dice, “echarles agua caliente”; pero bueno, ese tema es punto y aparte de lo que se hablará brevemente en las siguientes líneas. Lo que nos ocupa por ahora es lo contrario a lo que acabo de mencionar, cuando en lugar de vivir en el paraíso se vive en el infierno, y es que no lo digo yo, lo dicen las grandes cantidades de personas que acuden con especialistas tratando de encontrar una salida a su situación, la violencia que vive con su pareja. Lo preocupante aquí es que cada vez son más los jóvenes quienes atraviesan por esta situación.
Por lo general se tiene una creencia acerca de la violencia, que sólo la ejerce el hombre hacia la mujer, mas es de suma importancia mencionar que no es propio de un género.
Cuando nos llegamos a enterar que alguien cercano vive siendo agredido por su pareja, solemos cometer el grave error de decir que el agredido está ahí porque le gusta que le peguen, que no se aleja porque le gusta la mala vida, y no es así; hay algo más que hace que la persona siga de alguna manera u otra con su pareja, ya sea por miedo, o porque le promete no volverlo hacer, y es cierto, el agresor lo dice con sinceridad; sin embargo existe algo en el agresor que se tendrá que revisar a profundidad y saber el verdadero por qué de sus actos. Este momento, el de las promesas, es parte de un ciclo al que se le denomina 'ciclo de la violencia'. Posterior a esto viene la reconciliación, la denominada luna de miel, donde el agresor pinta el mundo color de rosa y otorga presentes a su pareja, existe una aparente calma, poco a poco se van acumulando tensiones hasta que hay una explosión violenta, una agresión; en su arrepentimiento jura y promete no volver a hacerlo, pero como su nombre lo dice, es un ciclo, se seguirá repitiendo hasta que se haga algo para interrumpirlo.
La violencia no sólo son los golpes físicos, sino que están presentes y no nos percatamos, esas cosas que acontecen en la vida cotidiana que son aparentemente invisibles.

El verdadero rostro detrás de las flores
Una vez suscitada la violencia en la pareja se mantiene en la misma un ciclo que involucra a ambos y consta de varias fases, éste es el ciclo de la violencia.
Pero, ¿qué es el ciclo de la violencia? Como les comentaba, después de suscitada la violencia hay una fase donde existe una aparente calma, y se dice aparente pues la persona violentada vive con el temor y la angustia de que su pareja se vuelva a enojar por cualquier circunstancia. Conforme pasa el tiempo se va acumulando una tensión debido a los conflictos entre ellos. El agresor toma un comportamiento hostil sin llegar aún a la agresión física, su pareja hará lo posible por calmar la situación y evitar realizar cosas que le disguste, y esto sólo puede ocasionar se sienta con más poder de lo que cree tener.
Frases como: había mucho tráfico, el tren del metro iba muy lleno, tuve un mal día en el trabajo, me encargaron mucha tarea en la escuela, etc., son válidas para justificar su comportamiento hostil.
Poco a poco irá en aumento esta tensión, las discusiones suben de tono, inician los pequeños roces, hasta que se convierten en empujones, agresiones verbales, psicológicas, físicas y/o sexuales; después de esta explosión violenta viene la culpa por haber agredido, en su arrepentimiento jura no volverlo hacer, y como se comentó previamente, en verdad lo jura con sinceridad, mas algo pasa en el agresor que habrá que revisar a fondo. En esta fase la persona agredida puede decir: “No más”, pero las palabras de amor, los chocolates, las cenas románticas, y sobre todo, la esperanza de que cambie por amor es una de las ideas que se tienen, y esto es sólo una de las razones para perdonarlo. Habrá que preguntarnos, ¿cuál es el verdadero rostro que se oculta detrás de esas flores que la persona agresora otorga a la agredida?
Y después de perdonarlo o perdonarla (recordemos que quien ejerce violencia no es propio de un género), llega esta fase o etapa denominada “luna de miel”, y es llamada así por el comportamiento amoroso, amable, cariñoso del agresor hacia su pareja, y viceversa.
El ciclo se repite, acortando cada vez más esta última fase, tornándose la relación en un auténtico infierno, así lo denominan las personas agredidas.